La humanidad ha avanzado, no debido a que fue sobria, responsable y cauta, sino porque ha sido juguetona, rebelde e inmadura.



Amar. Escuchar cómo llueve. Una ducha caliente.
Una mirada. Una llamada. La playa. Reírme de mí misma.
Un helado. Los viajes en auto con amigos.
La ilusión. Ver el amanecer.
Que me besen.
Oír de manera casual a alguien que dice algo bonito sobre mí.
Superarme.


















Aquí estoy, te traigo palabras sobre papel pentagramado.
No te fijes mucho en lo que dicen... 
Me encontrarás en cada cosa que he callado.


















La compasión es una idea que no puede imponerse a sangre y fuego sobre los otros, porque te obliga a hacer justamente lo contrario.
A acercarte a los demás, a sentirlos y entenderlos.
Acuérdate de esta palabra.
Y, cuando te acuerdes, piensa también un poco en mí.















La televisión demuestra que la gente está dispuesta a ver cualquier cosa con tal de no verse a sí misma.


















Soy el resultado de todo lo que sucedió y sucederá, pero estoy aquí.
Si hice algo equivocado, puedo corregirlo o por lo menos pedir perdón.
Si hice algo bueno, eso me hace más feliz y conectada con el ahora.


















Ha sido correcto conmigo todo el universo.
Menos el hombre, mi semejante.















 



Aún cuando un episodio resulte en una caída fuerte o una quemadura seria, siempre hay otro episodio esperándonos, y luego otro.
Siempre hay más oportunidades de hacerlo bien.

















Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá?
Y ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán?
Y al fin, libros y personas se encuentran.

















¿Qué queda para mí? Yo solo quiero la verdad, pero la de siempre, ahora, entonces y mañana. Si mi callada sonrisa no es solo mía, ¿Estaré siempre muda, sin una mueca?
Nunca quise la vida para adornarla de hipocresía...












 





Nunca me gustó juzgar a mis semejantes, fundamentalmente por dos razones: la primera, porque mi experiencia me enseña que son las personas más mezquinas las que tienen mayor soltura para calificar la condición ajena; y la segunda, porque soy consciente de mis propias faltas y tuve que aprender a convivir con ellas, lo que mal me faculta para ser demasiado severa con las de los demás.











 






Hasta que las piensas. Hasta que comienzas a ser consciente de todo lo que compone la rutina. Hasta que te das cuenta de que incluso eso, algún día, acaba. Hasta que comprendes que eso es la vida, y todo lo demás, un lapso.



















Pero la única persona con la que puedo estar, con la que tengo esa sensación de eternidad, de no pensar en el fin… Es… con vos.










 





Así como algunas personas practican el piano o el violín cuatro y cinco horas diarias, yo practicaba con mis lapiceras y papeles. Sin embargo, no mostraba a nadie lo que hacía. Había que aprender, y de tantas fuentes: no solo de los libros, sino de la música, de la pintura, de la mera observación cotidiana...













 







...lo que quieras. Todas las mañanas habrá un mundo nuevo para tí. Si te quedas, tendrás todo lo que desees.
Ella suspiró.
 Realmente no lo entiendes, ¿verdad? —repuso—. No quiero tener todo lo que deseo. Nadie lo quiere, no de verdad. ¿Dónde estaría la gracia si tuviese todo lo que quiero?

















Correr, con la simple ilusión de defender algo.
Correr, con la simple necesidad de alcanzarme.













 




Del libro de mi vida arranqué la página de la libertad y la dejé ir...
La libertad no debe estar sujeta a nada.













 



Vivió meses sabiendo
que lo que le sucedía no podía ser
sino mas que pequeñas figuraciones
que luego serían recordadas
como algo separado, tal vez,
de su existencia.





 





Puedo fantasear muchas cosas, imaginarme, por ejemplo, que mi mayor deseo seria llegar al Polo Norte, o algo semejante; pero sólo podré quererlo con suficiente intensidad y realizarlo, cuando el deseo viva realmente en mí y todo mi ser se halle penetrado de él.


 






¿Quién es el que elige nuestros pasos de baile?
¿Quién honra a los que amamos con la vida que vivimos?
¿Quién nos enseña qué es real y cómo reír a las mentiras?
¿Quién decide por qué vivimos y por qué daríamos la vida?
¿Quién nos encadena y quién tiene la llave que puede liberarnos?
Tú.
Tienes todas las armas que necesitas.

Ahora pelea.










Hay personas que tratan de comprender la vida y también están las que se empecinan en que sea la vida la que las comprenda. En lo personal, me niego a aceptar que nada tiene salvación, por eso elijo la esperanza.


 




 



Creo haber aprendido, también, que somos y seremos hasta el final unos sujetos, cuya biografía no solo se compone de lo que hicimos y está a la vista, sino sobre todo de lo que dejamos de hacer y vive igual en nosotros.