La humanidad ha avanzado, no debido a que fue sobria, responsable y cauta, sino porque ha sido juguetona, rebelde e inmadura.





Deberían prohibir los libros para que les diera curiosidad leerlos.










Esto prometo: ejercer mi medicina y refutar todas las falsas doctrinas. Después, amar a los enfermos, a cada uno de ellos más que si de mi propio cuerpo se tratara. No cerrar los ojos, y orientarme por ellos, ni dar medicamentos sin comprenderlo ni aceptar dinero sin ganarlo...









Creo en los cafés, en el diálogo, creo en la dignidad de la persona, en la libertad.

Siento (...) ansiedad de un infinito, pero humano, a nuestra medida.









Naces; morirás.
Lo que hay entre el comienzo y el fin, será tu vida.
Y tu vida serás: tú.
Tu obra será lo que eres.
Los que queden, dirán cómo fue.












No hay como compartir una almohada, eso aclara completamente las ideas.
A veces hasta acaba con ellas, lo cual es una tranquilidad.


















El mismo lobo tiene momentos de debilidad, en que se pone del lado del cordero y piensa: Ojalá que huya.












Las sonrisas me empujan siempre hacia delante y el sol me dá en la cara.

Ese viento se llevó mis pensamientos, ese viento renovó mi alma.







– Cuando uno se muere, ¿se muere o no se muere?
–¿En su casa qué dicen?
–Mi madre dice que los buenos van al cielo y los malos al infierno.
–¿Y su padre?
–Mi padre dice que de haber juicio final, los ricos se irían con sus abogados. Pero a mi madre no le hace gracia.
–¿Y usted qué piensa?
–Yo tengo miedo.
–¿Es usted capaz de guardar un secreto? (Èl asiente con la cabeza.) Entonces, en secreto, ese infierno del más allá no existe. El odio, la crueldad: eso es el infierno. A veces el infierno somos nosotros mismos.










"(...) Y no obstante, aún así, aún sabiendo de antemano todo lo que luego me sucedió, habría corrido a su lado. Me fascinaba, como un abismo tenebroso, y si me desesperaba era precisamente porque la quería y la necesitaba. ¿Cómo ha de desesperarnos algo que nos resulta indiferente?"








Un perro no sabría qué hacer con un auto de lujo o una casa o con ropa de diseño. Se conforma con un palo empapado. A un perro no le importa si sos rico o pobre, inteligente o no tanto…
Si le das tu corazón te entregará el suyo.
¿De cuánta gente podrías decir eso?
¿Cuánta gente puede hacerte sentir excepcional, puro y especial?
¿Cuánta gente puede hacerte sentir extraordinario?