La humanidad ha avanzado, no debido a que fue sobria, responsable y cauta, sino porque ha sido juguetona, rebelde e inmadura.
– Cuando uno se muere, ¿se muere o no se muere?
–¿En su casa qué dicen?
–Mi madre dice que los buenos van al cielo y los malos al infierno.
–¿Y su padre?
–Mi padre dice que de haber juicio final, los ricos se irían con sus abogados. Pero a mi madre no le hace gracia.
–¿Y usted qué piensa?
–Yo tengo miedo.
–¿Es usted capaz de guardar un secreto? (Èl asiente con la cabeza.) Entonces, en secreto, ese infierno del más allá no existe. El odio, la crueldad: eso es el infierno. A veces el infierno somos nosotros mismos.
–¿En su casa qué dicen?
–Mi madre dice que los buenos van al cielo y los malos al infierno.
–¿Y su padre?
–Mi padre dice que de haber juicio final, los ricos se irían con sus abogados. Pero a mi madre no le hace gracia.
–¿Y usted qué piensa?
–Yo tengo miedo.
–¿Es usted capaz de guardar un secreto? (Èl asiente con la cabeza.) Entonces, en secreto, ese infierno del más allá no existe. El odio, la crueldad: eso es el infierno. A veces el infierno somos nosotros mismos.
Un perro no sabría qué hacer con un auto de lujo o una casa o con ropa de diseño. Se conforma con un palo empapado. A un perro no le importa si sos rico o pobre, inteligente o no tanto…
Si le das tu corazón te entregará el suyo.
¿De cuánta gente podrías decir eso?
¿De cuánta gente podrías decir eso?
¿Cuánta gente puede hacerte sentir excepcional, puro y especial?
¿Cuánta gente puede hacerte sentir extraordinario?
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