La humanidad ha avanzado, no debido a que fue sobria, responsable y cauta, sino porque ha sido juguetona, rebelde e inmadura.
Desde la terraza del café miro trémulamente hacia la vida. Poco veo de ella -el bullicio- en esta concentración suya en esta plazuela nítida y mía. Un marasmo como un comienzo de borrachera me elucida el alma de cosas. Transcurre fuera de mí en los pasos de los que pasan […] la vida evidente y unánime.
[…]no puedo entender ni compartir todo esto, que a mí me sería desde luego asequible y por los que tantos millares de personas se afanan y se agitan. Y lo que, por el contrario, me sucede a mí, lo que para mí es delicia, suceso, elevación y éxtasis, eso no lo conoce, ni lo ama, ni lo busca el mundo más que si acaso en las novelas.
En la vida: lo considera una locura.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)