La humanidad ha avanzado, no debido a que fue sobria, responsable y cauta, sino porque ha sido juguetona, rebelde e inmadura.
Contemplamos el mundo que nos rodea en silencio. Hemos tardado toda una vida para aprender a hacerlo. Al parecer, sólo los viejos son capaces de estar juntos sin decir nada y sentirse bien. Los jóvenes, impulsivos e impacientes, siempre rompen el silencio. Es una lástima, pues el silencio es puro. El silencio es sagrado. Une a las personas, porque sólo aquellos que se sienten cómodos con la compañía del otro pueden estar juntos sin hablar.
Es una gran paradoja.
Es una gran paradoja.
Yo no soy de ningún bando.
Es más, las banderas me parecen trapos de colores que huelen a rancio y me basta ver a cualquiera que se envuelva en ellas y se le llene la boca de himnos, escudos y discursos para que no me gusten.
Siempre he pensado que el que siente mucho apego a un rebaño es que tiene algo de borrego.
Siempre he pensado que el que siente mucho apego a un rebaño es que tiene algo de borrego.
Las personas más bellas con las que me he encontrado son aquellas que han conocido la derrota, conocido la lucha, conocido la pérdida, y han encontrado su forma de salir de las profundidades. Estas personas tienen una apreciación, una sensibilidad y una comprensión de la vida que los llena de compasión, humildad y una profunda inquietud amorosa.
La gente bella no surge de la nada.
"Mi memoria ha gobernado mi vida.
Es como que esta corriendo una pelicula que nunca se detiene...
Una pantalla dividida: voy a estar hablando con alguien y (al mismo tiempo) voy a estar recordando otras cosas. Como que estamos aqui sentados conversando y en mi cabeza aparece algo que me sucedio en diciembre de 1982."
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