"Tú que fuiste toda clase de mujeres, jamás pudiste ser la que solamente es una. Te amé de espaldas, y de cabeza, cuando casi te rompías, te amé loca, y callada, gritando, y maldiciendo, te amé con todo y un poco más, casi podía jurar que eras de un color distinto, y que ese —para mi maldita suerte— era justo el que faltaba en el lienzo de mi vida. Te amé en todas tus facetas y es por eso que no es fácil olvidarte, porque no solo es borrarte, Helena, es dejar de amar a las mujeres que fuiste."
"Cada vez que salgo a caminar a la calle, no puedo evitar identificarme con la silueta del perro callejero, que en la cadencia de su trote, lleva el alma de un sobreviviente nato, explorador, vagabundo libre y omnipresente. Invaden mi mente multitud de preguntas acerca de sus circunstancias de vida
y, mientras se pierde en la calle, le envidio un poco, su libertad."