La humanidad ha avanzado, no debido a que fue sobria, responsable y cauta, sino porque ha sido juguetona, rebelde e inmadura.


(...) Era tan enérgica que a su lado uno se sentía estúpido. La verdad es que era la chica más suave que conocíamos. Su voz, sus gestos, hasta el modo que tenía de dar un paso adelante y otro atrás cuando algo la molestaba, su risa, todo eso hacía pensar en algo nuevo y tan desconocido como ella.


















Evolucionar constituye una infidelidad a los demás, al pasado, a las antiguas opiniones de uno mismo. Cada día debería tener al menos una infidelidad esencial, una traición necesaria. Se trataría de un trato optimista, esperanzador. Garantizaría el espacio para lo nuevo. Una afirmación de que las cosas pueden ser, no solo diferentes, sino mejores.















Las estaciones de tren o aviones son de lo más sincero. Nunca he conocido a nadie que vaya a recibir o despedirse de alguien que no quiere de verdad.















Tal vez todo sucede por una razón, tal vez no… Pero no importa por qué, sigue sucediendo. Eso es lo que tenés que recordar. Yo aprendí a dejar de analizar las cosas, a dejar que sucedan. Aprendí que el amor es realmente tan grande como dicen que es. Aprendí que tus amigos te puede salvar de tu peor enemigo: vos mismo. Y lo más importante, he aprendido que hoy es todo lo que tengo.


















En mi infancia me dieron un consejo que, desde entonces, no paró de darme vueltas por la cabeza. "Cada vez que te sientas inclinada a criticar a alguien -me dijeron- tené presente que no todo el mundo tuvo tus ventajas..."















Entonces disfrutá tu dolor. Aprovechalo ahora que sos joven. Y sufrí, sufrí todo lo que puedas, que estas cosas no duran toda la vida.
















Tú mereces lo mejor de lo mejor, porque tú eres una de esas pocas personas que, en este mísero mundo siguen siendo honestas consigo mismas y esa es la única cosa que realmente cuenta.














 Hubiese querido seguir mirando, pero sentía sobre mí el peso de esa mirada comerciante, tan estrecha y desaprobadora ante alguien que "no sabe" lo que quiere.
¡Siempre lo mismo!
¡Siempre hay que aparentar la posesión de un fin!
¡Siempre el camino rectamente marcado!














¡Maldita sea! ¿Por qué la lluvia hoy está tan malditamente bella?
















La gente no merece explicaciones.
Después de todo, terminarán creyendo lo que les dé la gana.
















-Si solo aprendieras algo sencillo, te llevarías mucho mejor con toda clase de gente. Nunca se entiende realmente a una persona hasta que considerás las cosas desde su punto de vista.
-¿Señor?
-Hasta que te calzás sus zapatos y caminás con ellos.




















Jugar con las palabras y transformarlas en imágenes que a su vez transmitan sensaciones, visiones, angustia, miedo, gozo, desolación, entre otras; no es cosa sencilla. Y como a mí no me gustan las cosas fáciles: escribo.

















[…] Dijo, sombríamente: “No tenemos derecho a pensar en nosotros solos. El mundo es muy complicado”. Le pregunté qué quería decir con eso.
Me respondió con acento aún más sombrío: “La felicidad esta rodeada de dolor”.



















Que golpee y golpee hasta que nadie pueda ya hacerse el sordo.
Que golpee y golpee, hasta que el poeta sepa o por lo menos crea
que es a él a quien llaman.
















Para qué sirve el arrepentimiento, si eso no borra nada de lo que ha pasado.
El arrepentimiento mejor es sencillamente cambiar.
















Y yo pensé que tal vez la poesía sirve para esto, para que en una noche lluviosa y helada alguien vea escrito en unas líneas su confusión inenarrable y su dolor.



















Conforme pase el tiempo, vas a entender. Lo que dura, dura, lo que no, no.
El tiempo resuelve la mayoría de las cosas.
Y lo que el tiempo no puede resolver, vos lo tenés que resolver.















Cuando la gente dice: "Sé lo que estás sintiendo" sabemos que solo lo dicen porque en realidad no tienen ni la menor idea de cómo te sientes.















Puedes fingir que eres la ropa que te quitaste, la frase que escribiste,
el número telefónico que buscas en el bolsillo, la dirección que no aciertas a dar.
Puedes decir lo que quieras, eso será la verdad;
aunque no puedas ni puedan tocarla.


















Avanzo como si no existiese el fracaso. Y si bien conozco los riesgos y el error, me muevo sin miedo; sin la amenaza de estar preguntándome si conviene o no conviene.



















Fui triunfadora y fracasada, amada y odiada, y sé que, al final, todo eso importa muy poco. Por eso me siento libre de correr todos los riesgos que se me presenten.





































-El “pero” - Intentó aclarar - Es la peor palabra que conozco. “Te quiero, pero…”; “Podría ser, pero…”; “No es grave, pero…”. ¿Se dá cuenta? Una palabra que sirve para dinamitar lo que era, o lo que podría haber sido pero no es.